He aquí el resultado.
Foto 1- Cumulonimbus Capillatus Incus
Alcobendas, Madrid. 26/04/2021.
La primavera suele ser el comienzo de las buenas y vistosas tormentas como este imponente Cumulonimbus capillatus incus que se formó dentro de la provincia de Cuenca, pero fotografiado desde el norte de Madrid.
Foto 2- La que se avecina.
Fuentidueña de Tajo, Madrid. 26/05/2021.
Eso es lo que debieron pensar todas aquellas personas que contemplaban desde el área de servicio contiguo este gran sistema tormentoso que estaba punto de alcanzarnos, nacido en el Este de la comunidad de Madrid para seguir su camino a través de la llanura conquense.
Foto 3- El rodillo
Uclés, Cuenca. 26/05/2021.
Pero en mi caso no dejé que me alcanzase la misma tormenta anterior, ya que rápidamente cogí la carretera hasta situarme en plena provincia de Cuenca y poder presenciar este majestuoso arcus para, esta vez si, alcanzarme de lleno.
Foto 4- Tormenta frente al castillo
Fuentidueña de Tajo, Madrid. 26/08/2022.
Seguimos en Cuenca con esta gran tormenta que descargaba sobre ella, pero fotografiado desde la limítrofe localidad madrileña de Fuentidueña de Tajo, con su castillo semi en ruinas que tiene dos nombres: Torre de los Piquillos / Torre de Doña Urraca
Foto 5- Casi!
Torrelodones, Madrid. 19/09/2022.
El final del verano y principio del otoño del último año 2022 estuvo animado en cuanto a tormentas se refiere en el sistema central, más concretamente sobre la sierra del Guadarrama donde, en una de ellas, un espectacular rayo casi alcanza la cruz del valle de Cuelgamuros.
Foto 6- Separados
Puerto de la Tórdiga, Cuenca. 30/07/2022.
Y volvemos a Cuenca donde, no muy lejos de su capital, se encuentra un magnífico puerto y mirador para disfrutar de sus siempre bellas tormentas en los 360º de visión, como ésta que se formó al oeste con su cortina de precipitación y rayo, que descargaban de forma separada.
Foto 7- Overshooting iluminado
Puerto de la Tórdiga, Cuenca. 18/08/2022.
Y si las condiciones de visibilidad son excelentes, desde el mismo puerto se pueden observar las lejanas tormentas que bordean la costa mediterránea, como esta nocturna que se encontraba sobre Valencia, y que gracias a la gran distancia se podía observar su Overshooting iluminado por una gran descarga eléctrica.
Foto 8- Mediterráneo en ebullición.
Puerto de la Tórdiga, Cuenca. 18/08/2022.
Y es que el Mediterráneo aquella noche estaba en ebullición y la misma tormenta se regeneraba por su flanco sur. Solo 18 minutos más tarde de la anterior foto captaba esta instantánea, empleando algo menos de zoom, y donde la Luna empezaba a teñir el cielo nocturno con su débil luz.
Foto 9- Frente al monstruo.
Tomelloso, Ciudad Real. 24/08/2021.
De la tormenta más lejos del reportaje nos vamos a la más cercana y sin apenas verlo venir, aunque lo intuía, porque las fortísimas rachas de viento levantaban una polvareda inmensa que anulaban la visión, que hasta que no me lo encontré frente a mí no pude visualizarlo y fotografiarlo en condiciones dificilísimas. Era auténtico monstruo supercelular que estaba a punto de darme caza.
Foto 10- Los rayos madrileños no fallan
Paracuellos de Jarama, Madrid. 1/09/2021.
Nunca defraudan los siempre preciosos, luminosos, zigzagueantes y espectaculares rayos sobre Madrid y en esta ocasión no uno, ni dos, ni tres, sino cuatro a la vez, aunque éstos en concreto cayeron ligeramente al norte de la capital. Fue un núcleo tormentoso de los varios que se formaron de corta duración, pero suficiente para dejar esta increíble estampa
Foto 11- En el culmen de la tormenta.
Trijueque, Guadalajara. 3/06/2021 .
Y para ir terminando nos vamos a la comarca de la Alcarria, provincia de Guadalajara, donde un gran tren convectivo generaba varias tormentas, una detrás de otra, incluso alguna de ellas con aspecto supercelular. Tuve mucha fortuna porque prácticamente no me cayó ninguna gota, lo que me permitió verla y fotografiarla en todo su esplendor
Foto 12- Apoteosis final
Trijueque, Guadalajara. 3/06/2021 .
Llevaba una velocidad endiablada y, solo 5 minutos más tarde de la anterior foto, adoptaba este aspecto con una intensa actividad eléctrica. Era un deleite para vista y una música celestial de truenos para los oídos. Era, ni más ni menos que, la "apoteosis final".
